martes, 4 de diciembre de 2007

EL DERECHO A LA VIVIENDA

Al principio, los caracoles eran como las babosas y cuando llovía corrían a refugiarse debajo de las piedras. Un día, un grupo de caracoles se reunieron y decidieron elaborar una Constitución en la que se decía que todos los caracoles tenían derecho a una casa propia. Para poder hacerlo construyeron una fábrica donde se hacían las casas. Así cuando un caracol nacía, los padres podían comprarle una casa que lo protegerá toda su vida. Todo fue bien hasta que los propietarios de la fábrica, queriendo hacerse ricos, subieron el precio de las casas. Muchos caracoles no pudieron comprarla, por no tener suficiente dinero, y la Constitución no se cumplió. Por eso hoy en día es más fácil ver babosas que caracoles, aunque haya muchas casas vacías.

Autora: María López Mosquera.
Curso: 6º M